Psicología y Belleza, porqué?
La belleza desde que el hombre pisó este planeta ha servido para que promovamos nuestra fertilidad y nuestra salud.
Por lo anterior es que podemos afirmar que la belleza está incluida dentro de nuestros genes, desde los principios de las civilizaciones las parejas se unían para procrear y seleccionaban a sus parejas basándose solamente en los aspectos físicos, principalmente en sus estados de salud, porque el fin además del placer del sexo, era que la especie humana continuara poblando el planeta.
Aquellos antepasados nuestros buscaban ciertos rasgos físicos en sus parejas los que les indicaba que era elegible para procrear y tener sexo, algunos de esos rasgos físicos eran en las mujeres: caderas anchas, senos grandes, labios gruesos, ojos grandes y expresivos y también un cabello largo; mientras que en los hombres lo destacable o lo que atraía a las mujeres era: una mandíbula cuadrada, brazos y piernas musculosas, manos grandes, torso y espalda anchos y bien desarrollados.
Con el correr de los siglos la belleza se ha ido considerando cada vez más importante en las sociedades, hasta el punto de considerarse que una persona atractiva o bella, tiene más posibilidades de éxito en su vida. Lo anterior ha hecho que se haya creado un estereotipo sobre este tipo de personas que apunta a que son más seguras en sí mismas, tienen más capacidades, asimilan más rápido los conocimientos que las otras personas que nos son tan atractivas físicamente.
Tampoco es cierto como se suele creer que las personas atractivas sean más felices que las que no lo son, ya que ahora bien sabemos gracias a estudios psicológicos que las personas contamos con otra belleza y es la interior.
Pero no podemos negar que el mercado de la salud y la belleza crece y se mantiene a nivel mundial porque son muchas las razones que nos llevan a consumir productos de belleza y asistir a centros y médicos especialistas para recibir tratamientos de belleza, ya que eso que logramos en muchos casos llega primero a generar un salud mental al vernos y sentirnos bien ( Verte bien es … sentirte mejor!!! ) y en segundo lugar esos logros o cambios físicos pueden ser determinantes para lograr metas que buscamos en diferentes áreas de nuestras vidas. Ejemplos hay muchos.
Considero que la búsqueda de una mejor apariencia precisamente en los últimos años en que las redes sociales se volvieron una ventana para que los demás se asomen y nos vean y que los celulares o móviles son más cámaras fotográficas y de video que teléfonos, todos estamos expuestos a aparecer físicamente y casi a diario dentro en un medio digital público o privado.
Esto ha hecho que no solo busquemos el mejoramiento físico con lo que conlleva los efectos a nivel mental, sino que hasta la forma de vestir, caminar y sonreír son hoy focos de atención personal y por supuesto de los demás que nos rodean.
Un ejemplo clásico de la importancia que tiene la apariencia física está cuando nos presentamos en una entrevista de trabajo, allí no solo valen los conocimientos y la experiencia, sino que también cuenta y pesa si la persona es atractiva o no, ya que para el contratante esa belleza física le genera pensamientos positivos y le da la confianza para “apostar” en esa persona, por su parte el postulante al verse bien físicamente y sentirse bien mentalmente refleja mayor seguridad y aplomo.
Si bien estos estereotipos afectan muchas veces las buenas decisiones, conocido en psicología como el “efecto halo”, también es cierto e innegable que la belleza física la taremos registrada en nuestra genética e influye en muchas áreas de nuestras vidas y sociedades, tanto para quienes lucen bien y son personas atractivas como para quienes observan a esas persona.
Por: Rolando Hidalgo Vásquez