Combatiendo la adiposidad localizada y la flacidez
La carboxiterapia es utilizada desde la edad media., ya que en esta época se descubrieron los beneficios que aportaba al organismo y esto fue por estudios que se realizaron a humos que salían de la tierra, sin embargo, fue hasta el año 1624 que el médico Juan Bautista confirmo que estos humos contenían CO2.
Esto fue confirmado más tarde por Boile y Lavoisier.
En 1932 en Francia; se realizó por primera vez el uso de esta terapia vía subcutánea.
El CO2 mejor conocido como Dióxido de Carbono., forma parte de la atmosfera y no es toxico, por sus propiedades benéficas se utiliza para el saneamiento de aguas potables y para realizar gaseosas.
Los beneficios que podemos encontrar en el área de medicina estética son: Disminución de la adiposidad localizada, celulitis, flacidez, combate envejecimiento facial y corporal.
Función:
Se trata de una terapia mínimamente invasiva, es decir, se infiltra el dióxido de carbono (CO2) con una microaguja de 30 G x ½”, en el cuerpo o rostro, vía subcutánea, previa valoración de un especialista en la materia. Este gas es expulsado por el mismo organismo mediante la respiración.
Al ingresar el dióxido de carbono, se difunde hacia los tejidos, provocando una oxigenación y mejorar la microcirculación por vasodilatación y angiogénesis, en consecuencia se activa la producción de colágeno en la piel y mejora el metabolismo tisular, se logra también, un efecto lipolitico en la zona tratada.
Contraindicaciones:
No está indicado para personas con: insuficiencia renal, hepática o respiratoria, epilepsia, embarazo, infecciones localizadas, inflamaciones en piel, anemia y cáncer.
Dosis recomendada:
Lo recomendado es que no exceda los 1500 cm3 por sesión, de 2 a 3 veces por semana; esto dependerá de la valoración previa y de la zona a tratar. Se debe descansar 1 día, para la zona facial se recomienda 1 sesión por semana o cada 15 días.
Equipos o Máquinas:
Las máquinas de calidad y marca recomendables que hay en el mercado prácticamente son muy similares, excepto por supuesto aquellas que las fabrican sin los suficientes elementos electrónicos necesarios para hacer de la aplicación del CO2 un tratamiento agradable y seguro.
Pero si bien las máquinas de Carboxiterapia de calidad son similares, hay diferencias entre ellas y por supuesto que hay máquinas de gran desarrollo tecnológico como son las que calientan el CO2 para que el paciente tenga menos dolor, las que tienen la presión autorregulable para que sean seguras l aplicar en el rostro y en el cuerpo y están las que de última generación tienen la posibilidad además de lo anterior de cambiarle las presiones manualmente , pudiendo el terapeuta alcanzar niveles tan bajos como 30 cm3 x minuto o tan altos como 180 cm3 x minuto.
Lo importante de la máquina a utilizar, siempre será como en todo el respaldo, la seguridad y la garantía que tengan además de sus cualidades operativas.